Sobre mí
Inicio de mi vida
Venezolano y Canario. Residente en Madrid. Católico, amante de la Democracia y la Justicia, defensor de Derechos Humanos Profesional. La Migración que experimenté contribuyó con mi sensibilidad y vocación humanitaria hasta el punto de haber trabajado en organizaciones internacionales tratando de apoyar a la mayor cantidad posible de personas.
Desde todo punto de vista los derechos humanos forman parte de la actualidad, hay múltiples formas de defenderlos, lo mas importante es la transmisión de los valores para que las personas se auto limiten en acciones lesivas, le sigue la difusión para que todos conozcan sus derechos y los reclamen y por tercer objetivo asentar precedentes mientras se establecen patrones para poder enjuiciar a los victimarios e indemnizar a las victimas. Todo esto dentro de la objetividad.
Ser objetivo cuando se defiende una injusticia es un reto para cualquier abogado, pero estoy convencido que sin ética profesional no se reclama la verdadera justicia. Por eso mis valores han marcado mi carrera.
Los derechos fundamentales me impulsaron a llevar quejas y recursos extraordinarios, litigios internacionales, recursos en Legitimación de Capitales, derechos del migrante, derechos económicos y sociales y delitos contra las personas en la Corte Penal Internacional. Cada uno de estos procedimientos representa para mí una cita con la historia porque cada abogado en el mundo tiene la obligación moral de hacer el Deber Ser legislación y no un ideal.
Conozco los Derechos Humanos en todos sus niveles de defensa, desde activismo hasta impulsar Legislaciones Internacionales, la prioridad es la creación de nuevas ONG’s y nuevos Defensores Profesionales para que a la brevedad posible estén al servicio de la humanidad, por eso mi máximo interés es la formación profesional.
Mi Historia
Ciertamente me apasiona, soy penalista por el mismo llamado a perseguir la injusticia, no se puede intentar corregir el sistema sin tener conocimientos científicos, ejerciendo Derecho Penal, defendí a cientos de estudiantes detenidos arbitrariamente, debo reconocer que durante algunas audiencias me sentí humillado cuando los jueces tildaron de terroristas a jóvenes venezolanos, incluso a adolescentes.
Una vez que di mis primeros pasos internacionalmente en Derechos Humanos, cumplí mi promesa de denunciarles internacionalmente, para mí es una de muchas reivindicaciones pendientes.
Ahora mismo están siendo procesados junto con varios cientos de “Executors”, todos los que denunciamos han venido sufriendo las consecuencias, algunos han tenido peor suerte que otros, un grupo de ellos al cesar en sus cargos intentaron solicitar visados o asilos en otros países y les fue negado, otros han sido deportados y otros tantos intentan escudarse en “órdenes superiores” eso no existió para los Jueces de Hitler, tampoco existirá para ellos.
Ser Defensor de Derechos Humanos es compartir de la aplicación de la justicia, es un sentimiento indescriptible.